Subworld

 

Un ultimo toque y ya estoy listo.... Puedo llevarte al bar de la esquina, un sitio Underground donde puedes llamar al barman por su nombre, tomar piscolas a luca y escuchar música de los doors. Lo mío es el tequila y los sitios como estos, caminar borracho por la calle y sentir el aire frió del conce nocturno. Un camarero chino nos recive, nos ofrece unos de la fecha , prensados con miel, pero a mi ya no me cabe nada, estoy chato. Miradas turbias nos espían desde la puerta del bar. Es como la entrada al manicomnio, solo que los ojos son gentileza de la membresía del club de las piscolas mas baratas del sur de Chile. Me gusta,  cosmopolita con olor a cigarro, copete, sexo y transpiración, una confusión de perfumes que te vuelven hostil y risueño, una combinación claustrofóbica de sentidos, sentimientos, chinos sudorosos y anarkas faltos de responsabilidad y credo- Andate a la mierda, come mierda, soy yo una mierda ?- . La música puede sentirse estridente en los oídos, cada uno con su interpretación de la realidad. Un consumidor joven por ejemplo mira absorto las luces trémulas de detrás de la barra. Se sabe que es joven por que no tutea al barman y pierde el control demasiado temprano. En su bolsillo derecho hay tres Lucas y una cortaplumas Suiza, en el izquierdo dos nacionales, uno prensado y otro al toque. Su mayor error es que anda solo, piensa que es invencible y que aquí todos lo conocen solo por que viste como todos y pregona canciones de Morrison como si se trataran de canciones de cuna. - ¿ Un trago anidiecito ?- Una piscola , con doble hielo y doble pisco – del 35 por favor- -ahhhh sigamos-. Los consumidores nuevos no conocen los temas de cocker, son de una generación demasiado joven, van como muy rápido parece,  como embalados compadre, como si el mañana no existiera , como un atardecer al cual nunca se le va a acabar el sol. Mala política por que cuando la vista se nuble el chino con aire cosmopolita no razonara con los sentidos y de seguro dejara al consumidor joven fuera del lugar, de ahí nadie sabe compadre, nadie. Vamos a hacer como que no ha pasado nada compadrito y déjame que te cuente algo: “ La otra noche mientras estábamos mirando la onda sentí un escalofrio en la espalda. ¿ te acordai del exorcista?, esa parte cuando la mina baja de espaldas por la escalera, - si pu gueon- esa misma - ¿ que te dio una guea ahora ?- mira a mi me pasó lo mismo gueon, fue super “hevy”, lo que pasó fue que un tipo de esos que toman en el bar de la esquina paso rozando las piernas de la sarita, dejó una estela de olor como a pescado podrido y mierda de perro. Cuando pasó la sarita hablada de la teleserie esa, del huevon del  chumajer ¿ te acordai?, bueno, la cosa es que estaba en esa cuando el tipo paso todo hediondo y le rozo las rodillas. La sarita puso el grito en el cielo y todos nos asustamos, como andábamos con el  “toque” los erizamos con el grito, sabes, a todos les asustó el grito de la sarita, ella siempre hace esa cuática, pero a mi me quedó dando vuelta el tipo, su mirada. El olor, la ropa, el tipo dejó sus hormonas en el aire, fue como si estuviese desnudo y primitivo, como si bajara de la escalera de cabezas, como en la película, solo que muy real. Muy real. Los trasher escuchan música con ruido y con contenido, es bueno por que así aprenden ingles, pero no están ni ahí con el español, ese lo hablan super mal, sobre todo por la cantidad de groserías que profesan en medio. Les gusta vestir de negro y patearle el culo a todos los que hablen mal el ingles que recitan las letras de manson y hablen bien el idioma de su cuna, practican la intolerancia mejor que cualquier otro y sin embargo viven dentro del mismo sistema que los cuicos, los chulos, los anarkas y los lunáticos, no me los imagino sin embargo escuhando guantalamera, beber daikiris y escuchar el ruido del mar.- Sabis andresito.- A la gente complicada le gustan las cosas simples, o pregúntale a una mina que es lo que busca de un hombre y te apuesto que no lo sabrá definir, entonces las minas no son personas complicadas como se cree, el problema parece estar en otra parte, creo que es este centro de gravedad culiao que tiene la tierra, si pu guevón, ¿ no sabis que la tierra está inclinada 23° sobre su eje?. El barman tiene una buena teoría al respecto. El ha visto a muchas minas, así que si el gueon dice que lo sabe, es así. Estando en un lugar donde tus sentidos son bombardeados constantemente por miles de pequeños estímulos visuales, oloríficos y sentimentales descubres nuevas dimensiones de todo aquello que antes te parecía insignificante. Ves la muerte mas cercana por ejemplo. Al respecto la sarita me dice siempre que piensa que va a morir joven. Al respecto pienso que no es necesario que te parta un camión cruzando la calle, este ritmo de vida mata guevon, mata, un poquito todos los días , así como mueres encerrado en tu dormitorio soñando con héroes del rock que jamás llegaras a conocer, y pregonas sus ideas, como todos los guevones aquí presentes, sin que nadie quiera escuchar las tuyas. Un vago gritaba el otro dia que todos estos pendejos culiaos estaban locos, que antes era de otra forma y que el había terminado asi por que no había tenido las mismas oportunidades, pero que ellos las tenían ahora, solo que al no reconcerlas las maldecían de igual forma. Los héroes actuales son, por lo tanto, una copia feliz de la evolución de los que cantaban en esos recitales hipíes , donde aún se podía andar en pelota y podrías hacer el amor en cualquier lado, y ahora que me doy cuenta tenían algo en común con las generaciones de ahora y es que al igual que ellos las cosas se hacían como si no hubiese un mañana. Mis prioridades al respecto son las de encontrar nuevos héroes, héroes que no estén tan machacados como los de antes, nuevecitos, decadentes y reales. La música se vuelve estridente , puedo sentir el peso de mil elefantes camaleónicos subiendo por mi espalda, esta gueva esta apunto de reventar, vamos, vamos a dar una vuelta afuera guevon para tomar un poco de aire. A la sarita le gusta como me visto. Tengo ese bronceado de la calle, que hacen juego con mi camisa hawaiana y mis jeans, me dice que me parezco a un traficante de armas de esos que salían en Miami vice, cuando me dice eso yo le digo que ella se parece a la heidi, con sus cachetes coloraditos.- ¿ te acordai andrecito?- la heidi comía bien, tenía un  perro que se llamaba – como chucha era- bueno, en fin, dormía en una cama de paja – Ya pu guevon no te riai estoy hablando de la cama- y tenía un pajarito que se llamaba pichi. Nunca termina bien ese cuento, yo me cago de la risa y la sarita se pone un pucho y se hace la guevona, luego camina un rato hasta que el enojo se le pasa. Allá adentro hace un rato había un tipo que tenía una pinta extraña. Un tipo extraño para lugares extraños. Ante sus ojos yo y el resto parecíamos salidos de una caricatura de televisión. El gallo era alto, encachado, con buena pinta, usaba lentes obscuros. Miró a las minas durante un rato y luego se detuvo en los guevones. Que hacía un tipo con buena pinta mirando a guevones ?. La respuesta me la dio el portero chino.- Busca potitos blancos para que los penetren los degenerados que tienen plata para darse ese lujo, el tipo es un proxeneta, un cabron de guevones culo-blanco y por aquí andan muchos que lo harían por 10 luquitas, créeme.- La respuesta me dejo blanco, mi culo se puso blanco sin ir mas lejos de solo pensarlo. Hay tres cosas que en la vida jamas prestaría: Mis libros, mis compacs y mi culo. Los maricas jóvenes son como los pollos nuevos, jamas se separan de la madre gallina hasta que sean cazuela. Un proxeneta es como una mama gallina, solo que los mima para que sus culos le den dinero para vivir.- Sabiai que en el amazonas hay unas marmotas gigantes que le comen la cola a los cocodrilos mientras están vivos ?.- enserio andrecito si no te estoy gueviando. Mira, primero cansan al cocodrilo, luego comienzan a comerse la parte mas tierna de la cola, la con mas carnecita y el cocodrilo vivo todavía. Esas marmotas la cagaron guevon. La verdad se parecen mucho a los guevones vende-culo-blanco. Dame otra piscola por favor ?.- El cuento de los culo-blanco me dejo helado, mejor hablemos de otra cosa. Por ejemplo. Un tipo allá en la esquina hace rato que bebe solo, se bebe su vida en una caña de shop , se fuma sus minutos de una cajetilla de belmont, busca la respuesta a su destino dentro del torbellino que forma el humo del cigarro revoloteando desde su boca directo al tragaluz de la entrada del baño. Apuesto a que es un tipo amable, de esos que juegan con los perros y le da de comer a los pescados que dejan abandonados en las peceras de juguete. Te apuesto que alguna vez le dio el asiento a una viejita en una micro que viajaba hecha la chucha como a eso de las 9 de la mañana, una viejita que podría haber vivido muchos años mas gracias a ese gesto. Supongamos que solo bebe ocasionalmente, que no tiene grandes riquezas materiales salvo proporcionarse una buena alimentación y contar con 5 lucas pal fin de semana, supón que no es buen fumador, que solo fuma cuando bebe en estos lugares solo por que asi es la gueva no mas, supón también que no es mal parecido, a pesar de su apariencia demacrada tras esa chasquilla hay unos hermosos ojos cafés, grandes y expresivos, ojos que han mirado maldad y belleza a notar por su expresión, cuya sensibilidad puede sentirse en la forma en la que toma la copa después de cada sorbo, cada copete que se va hacia dentro parece entrar a un complejo sistema que no parece tener un comienzo ni un fin. La firmeza de sus manos denota decisión, pero la tristeza en sus ojos denota un pasado injusto. Digamos que fue una mina, solo por especular, supón que lo dejo por estos días ya hace como un año, con el ruido de las olas del mar chocando contra las piedras. A notar por su mirada perdida en el horizonte ella se marcho lejos, muy lejos y para jamas volver. De seguro le dijo una mentira, que lo amaba, que regresaría para navidad, una navidad en la que el la espero con un regalo: Un suéter gris de lana de alpaca que el compro en la feria de artesanías y que a ella tanto le gustaba. Además había un pequeño broche de plata con una inscripción muy delicada: “te amo”. Ese tipo hace lo mismo desde hace un año exacto, bebe piscola tras piscola, fuma algunos cigarrillos y mira a la gente que viene al lugar, de ves en cuando conoce a alguien interesante y conversa un rato, luego paga la cuenta y se va. Como es un tipo sensible le gusta caminar, de seguro vive cerca, le gusta el aire de la noche y notar como el frio lo emborracha de a poco, la idea es llegar a casa y no sentirse las patas, encender un cigarrillo y abrir la ventana de un viejo departamento de renta. Luego se sienta a mirar el amanecer, ve como las estrellas se van perdiendo y como aquel gran manto estelar poco a poco va desapareciendo, aparece un cielo azul, casi celeste en algunos partes e imagina que en otro lado del mundo esta anocheciendo, la imagina a ella, a miles de kilómetros sin una posibilidad cierta o real de volverla a ver alguna vez. En la radio suena una canción deliciosa, ella se marcho justo la noche que la tocaron por primera vez. Si, en la radio suena Bagdad café, su melancolía se transforma en algo que casi se puede tocar, pero el sueño recae y sus párpados pesan ahora como dos grandes bloques de cemento, para cuando llega la próxima canción su cuerpo permanece inerte sobre la alfombra del living, sus recuerdos se sumergen en un mundo interior fascinante y misterioso, donde el amor se confunde con la confusión y los deseos frustrados en pesadillas, un mundo donde nadie es el rey, donde las luces son trémulas, donde el humo de las ciénagas inundan el horizonte, donde el silencio se transforma en llanto. Para mañana ya nada queda. El barman se queda en silencio y la música se transforma en un eco sordo dentro de un mundo de ficción donde las peores cosas  de nuestro mundo real ocurren con demasiada frecuencia, mas veces de las que nosotros quisiéramos. Los camareros chinos se transforman en los cancerberos del infierno, las chicas bailan en medio de los escenarios llenos de bruma que ocultan piernas con tentáculos llenos de espinas venenosas. Las miradas trémulas se confunden con voces con aliento a alcohol y soledad, la noche grita alocuciones vacías: “ el infierno no existe”. Los consumidores nuevos gritan en su contra : “ si existe, yo lo llevo dentro”. La música drena la cabeza de minas como la sarita, la mente se confunde y de ella salen fantasmas del pasado, que estrangulan los sentidos con promesas que el amor no pudo cumplir, que de seguro tiene que ver con algo mas que los 23° de inclinación de este planeta, nuestro planeta, nuestro mundo. A menudo nuestro mundo es este, el subworld, ese espacio imaginario que creamos con olores y texturas fantasiosas traídas de exóticos parajes, que existen para aliviar nuestros sufrimientos, cargar por nuestros pecados y redimirnos con las primeras horas de la mañana. En una carrera desenfrenada por ganarle la partida a la vida, nos jugamos el alma cada noche, cada segundo, mientras volvemos por mas a la vuelta de la esquina se multiplican como hormigas en colinas de azúcar, estos sub mundos con luces trémulas, música de los doors , de los U2, con piscolas baratas.- Adelante.- Dice un portero chino, cosmopolita y políglota, con olor a sudor y sexo, mientras pasamos por un pasillo empapelado por maricas, chutes viejos, consumidores jóvenes y proxenetas turcos.- En la barra quedan asientos.