Crónicas de Pisolas

 

   Con William Burroughs Conversaciones privadas con un genio moderno

Conocemos a William Burroughs como el escritor de la novela “Junkie” o “El almuerzo desnudo”: dos ambientaciones dentro del mundo de la heroína. Y le otorgamos, por lo tanto, una cierta aureola de claroscuros que se torna más negra cuando tomamos ciertos pasajes de su vida. En todo caso aquí se arroja algo de luz (éstas conversaciones así lo hacen) sobre la figura de un genio laureado por todos aquellos que no ponemos reparos a lo que otros denominan “apestados” contemporáneos, es decir: junkies.
No se puede tomar a Burroughs como una superficie sin aristas: diáfana y punto. Mucho más compleja, su personalidad y fuerza creadora nos muestra distintos hitos en un camino caracterizado por su posición heterodoxa en este siglo empeñado en una uniformidad robótica de las conciencias. Su ojo avizor ya desveló los peligros inherentes al control del estado: organización del trabajo en casilleros-colmena, control de las apetencias sexuales, imposibilidad de administración por cuenta propia de los paraísos naturales escamoteados... Dios, en última instancia, como garante de toda esta pesadilla de control totalitario.




 William S. Burroughs

 

Tomemos a Bill, pues, como desfacedor del sueño americano, uno de los escasísimos aguafiestas de esta suerte de hollywoodiense y estúpida amnesia que es común a esa América blanca, no sólo radicada en USA, sino en buena parte de las conciencias del planeta.
En el presente libro coordinado por Víctor Brockis, colaborador habitual de Bill, asistimos a entrevistas o encuentros con parte de las figuras más destacadas en la escena americana y europea de los años que van de la década de los 60 hasta los 80, alguna de las figuras preceden este tiempo y otras vendrían después.

El epicentro Burroughs En Nueva York, tras su exilio londinense, aúna muchas facetas: desde su interés en apoyar el punk o el rock (contactos con Joe Strummer, D. Bowie, Patti Smith, F. Zappa, Blondie, M. Jagger, Lou Reed ....), artes plásticas (Jean Michel Basquiat, Keith Haring, Warhol, Brion Gysin ...), en literatura (Anne Waldman, John Giorno, Allen Ginsberg, C. Isherwood, Tennessee Williams ...), en lo cinematográfico citar su aparición en “Drugstore Cowboy” y la adaptación hecha, por parte de D. Cronenberg de “El almuerzo desnudo”.
Entre los años 80 y 90 Burroughs dedica parte de su trabajo a la edición musical en los cuales graba sus lecturas. Asombra, ya en la recta final de sus días, esta titánica multiproducción en diversos aspectos o géneros de la creación. Desde su búnker en el Lower East Side, de NYC, materializa toda esta ingente actividad en unos años, los noventa, que fueron para él carentes de gracia y deprimentes.
Para acabar y a modo de extracto, sacamos a colación alguno de los pasajes que consideramos más brillantes o desveladores de su personalidad.


“Yo de niño quería ser escritor porque los escritores eran ricos y famosos. Andaban por Singapur y por Rangún fumando opio con trajes de seda china amarilla. Esnifaban cocaína en Mayfair y se adentraban en pantanos prohibidos con un fiel criado nativo y vivían en el barrio árabe de Tánger, donde fumaban hachís y acariciaban lánguidamente una gacela domesticada.”


“No hay ningún invento que haya obligado a los escritores a moverse, algo que se corresponda con la fotografía, que obligó a moverse a los pintores. Hace cien años andaban pintando vacas en la hierba (pintura representativa) y parecían justamente vacas en la hierba. Pero, claro, una fotografía podía hacerlo mejor. Yo creo que un invento que seguro que eliminaría un tipo de escritura sería una grabadora que pudiese grabar lenguaje subvocal. Si pudiese grabar lo que piensa alguien, no tendría ninguna necesidad de interpretar.”


En “Sobre los hombres”:
“No sé exactamente qué es enamorarse para mí. La idea del amor romántico surgió en la Edad Media. Piensa una cosa, los árabes no tienen siquiera una palabra para amor... es decir, una palabra para amor diferenciado de atracción física o sexualidad. Y esta separación de amor y sexo es un concepto occidental, un concepto cristiano. En cuanto a qué significa enamorarse, no estoy seguro. Amor... bueno significa simplemente atracción física y que te agrade una persona al mismo tiempo.”

En “Sobre drogas”:
Brockris: ¿No parece evidente que la droga más vendible de todas tendría que ser la que fuese sexualmente más eficaz? Imaginaos que pudieseis hacer publicidad y decir que esta droga mejora las relaciones sexuales. Ésta es la droga que se venderá más, ¿no?
Burroughs:
No, no lo creo en absoluto... porque la droga que siempre se vende más en cualquier mercado, y que acabará sustituyendo a cualquier droga que posibilite más la relación sexual, es la droga que hace innecesaria la relación sexual, es decir, la heroína. En un mercado libre la heroína retiraría del mercado a la marihuana, que es una droga bastante buena para las relaciones sexuales... quieren verse libres de eso. Su vida sexual es horriblemente insatisfactoria. Tienen una esposa hacia la que sentían atraídos hace cuarenta años, es terrible, ¿para qué quieren estimular su vida sexual? Su vida sexual es horrorosa. Así que la heroína les permite librarse de ese impulso, y eso es lo que quieren en realidad.
Bockris: ¿Tú crees que llegarán a producirse en el futuro drogas que hagan casi cualquier cosa?
Burroughs: Van ya desde hace tiempo camino de eso. Van a conseguir muy pronto la síntesis de la endorfina. Es un opiáceo creado por el cuerpo, treinta veces más fuerte que la morfina, que han extraído ya de los cerebros de animales, camellos sobre todo, que tienen un umbral de dolor muy alto. Y han descubierto que elimina el dolor agudo y alivia los síntomas del síndrome de abstinencia de los opiáceos, pero es aún terriblemente caro: tres mil dólares la dosis. Se encuentra más o menos en la misma situación en que estaba la cortisona cuando empezó a llegar al mercado. Muy caro. Pero es una cuestión de síntesis y de investigación adicional, aunque van a tardar cinco años en sacar la endorfina al mercado, porque esa puñetera FDA está paralizando todo tipo de investigación. Podría resolver perfectamente el problema de la adicción, porque al ser una sustancia orgánica natural es de suponer que no sea adictiva.

En “Sobre política”:
Allen Ginsberg: En todos los sitios a los que voy a dar lecturas de poesía encuentro gente joven que captó la vibración de Burroughs, bien desde la perspectiva de la psique heavy-metal, o de la comedia del estado policial, o de los síntomas de síndrome de abstinencia psicológica terminal de la civilización, o de la situación desesperada de la era espacial. Pero sobre todo de su visión práctica, astuta, estoica, saludablemente cínica, de gobiernos, burocracias, burócratas, política, egoísmo y...” operación casualidad”.
Creo que desempeñó un papel importante en la catalización o expresión del cambio de conciencia que se produjo en los Estados Unidos en las últimas dos décadas, que desembocó en decepción por parte del público, en general con un gobierno que se engaña a sí mismo. Éste fue el primer tema que yo tomé de él. Allá en los años cuarenta: su desprecio por los símbolos del autoritarismo y su sentido del humor, que le permitía ver a través de los uniformes de los militares y de la policía el cuerpo cadavérico, canceroso y peludo que había dentro. Y eso conduce luego a su cinismo sobre las formas exteriores y los símbolos del propio ego.

Burroughs: Si me estás preguntando qué puede hacer en este momento el individuo, en un sentido político, tendría que decirte que no pude hacer gran cosa. En lo que a mí respecta, me preocupa más la transformación del individuo, que es para mí mucho más importante que la llamada revolución política.

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